Manual para visitar Fernando de Noronha, una isla cada vez más cara

El turista informado puede esquivar la gentrificación

La playa de Sancho ya fue elegida la más bonita del mundo Ana Luiza Tieghi/Folhapress

Fernando de Noronha (PE)

 La Noronha que cosecha éxitos en las redes sociales, con fotos de celebridades, hoteles-boutique y piscinas de borde infinito, es muy diferente a la Noronha de los residentes - y de la mayoría de los turistas.

En la Villa de los Remedios, centro de la isla y antigua sede de la administración militar que gestionó el local hasta 1988, se pueden ver casas humildes, edificios en ruinas, suelo de piedra y buguis que piden mantenimiento.

Para llegar a los atractivos naturales y a las posadas, el visitante debe tomar la carretera BR-363, de siete kilómetros de extensión, y carreteras de tierra, no todas en buen estado.

Las opciones de hospedaje van más allá de las posadas lujosas con spa y noches que superan los R$ 1.000 (US$ 268). Hay establecimientos familiares y hostales que cobran cerca de R$ 400 (US$ 107) por habitación.

Los alojamientos de lujo se han ido instalando en la isla en los últimos 15 años. Esto ha contribuido al aumento de precios de otros servicios en todo el archipiélago.

Otro factor que encarece el coste de vida en la isla es la logística: casi todo lo que es consumido allí viene de fuera, lo que significa  que tarda entre 24 y 48 horas en llegar en barco desde el continente.

Pero no faltan personas dispuestas a pagar el precio de disfrutar de este escenario. El número de turistas que visitaron el Parque Nacional Marino de Fernando de Noronha creció un 11% de 2017 a 2018, llegando a 100.402, sobrepasando el límite propuesto en el plan de manejo de la unidad que limita a 89 mil la entrada de visitantes al año.

El aumento del número de turistas todavía no ha dejado las playas atestadas como las de Porto de Galinhas (PE).

Para preservar la biodiversidad de la región, algunas playas y senderos dentro del parque nacional mantienen un control de entrada y las visitas tienen que ser planeadas con antelación.

El mar de dentro es la parte de la isla orientada hacia el litoral brasileño, que cuenta con diez playas. Las aguas son tranquilas durante el período que va de agosto a diciembre, cuando se sacan las mejores fotos del lugar, y más movidas de  enero a marzo. Una buena época para la práctica del surf.

En el lado exterior, orientado hacia África, el mar está revuelto durante todo el año. Son tres playas, León, Sueste y Atalaia, que sufren más con las corrientes marítimas y exigen mayor atención por parte de bañistas y buceadores.

El paseo en barco incluye parada para snorkel en la playa del Sancho, donde se pueden ver corales, peces de colores y hasta tiburones. Las embarcaciones se turnan en temporada alta, porque sólo cinco de ellas pueden anclar en la bahía al mismo tiempo.

Los tiburones están en las aguas de Noronha y también en la conversación de los guías turísticos, pero no hay motivo para que cunda el pánico: el hábitat en la isla es equilibrado y por ello no tienen intención de atacar a los humanos.

Aun así, ocurren accidentes.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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