Escape de la playa y descubra iglesias barrocas y talleres de artesanía en Olinda

Un fin de semana es suficiente para visitar una de las ciudades más antiguas del país, fundada en 1535

Olinda (PE)

Tiene playa, pero es muy posible que quede en segundo plano. Con el fin del Carnaval, las calles estrechas y empinadas de Olinda se encuentran abiertas a cualquiera que busque sumergirse en la historia de una de las ciudades más antiguas del país, que, fundada en 1535, aún conserva su patrimonio histórico y cultural.

Conocer Olinda no requiere la compañía de guías. Una manera más cómoda de enfrentar las pendientes cuesta arriba y cuesta abajo es usar un par de zapatillas de deporte, ya que el pavimento es antiguo, hecho de adoquines. Hace sol y el calor aprieta casi todo el año, y las lluvias solo aparecen entre abril y julio.

Olinda, centro histórico. (Foto: Ivan Ribeiro/Folhapress)

Un fin de semana puede ser suficiente para conocer el conjunto de iglesias barrocas y observar las coloridas casas coloniales, que ahora albergan cafeterías y talleres de artesanía.

Por todas partes, pinturas, esculturas, grabados en madera y muñecas gigantes tradicionales adornan el centro histórico.

Los múltiples colores que adornan las fachadas de las casas, como azul, rojo, verde y ocre, contrastan con el gris de las calles y se mezclan con los tonos verdes de los patios y el mar.

Fachadas típicas de Olinda, Pernambuco. (Foto: Adriano Vizoni/Folhapress, REVISTA SAOPAULO) - Folhapress

Dos características llaman la atención: el diseño y la ocupación del territorio del centro histórico de Olinda, que conserva una fuerte tradición e influencia lusitana. La arquitectura colonial se mantuvo, sobre todo, en monumentos religiosos, iglesias y conventos de las principales órdenes religiosas de la época, como benedictinos, franciscanos y carmelitas.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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