Presidiarios trabajan y pagan reforma de escuelas públicas

02/09/2015 - 16h02

La escuela pública Flavina Maria da Silva, en la ciudad de Campo Grande (MS), pasó por una reforma en 2009. Todo lo que consiguió fue pintura nueva y la ampliación de una sala.

"No teníamos ninguna perspectiva de una nueva reforma significativa en el corto plazo", dice el director del establecimiento, Everaldo Monteiro da Silva.

Pero ahora, seis años después de aquella última obra, el trabajo se ejecutó sin afectar a los cofres públicos: se hizo con mano de obra y hasta dinero de presidiarios. La unidad será reinaugurada oficialmente el 9 de septiembre.

Las obras consistieron en un nuevo revestimiento cerámico para la cocina y para la entrada, además de mejoras en la iluminación, mampostería y el piso de las aulas.

	Divulgação/Agepen
	Por su trabajo, los presos obtienen una reducción de condena. (Foto: Difusión/Agepen)

Esta es la cuarta reforma de una escuela estatal realizada por presidiarios en Campo Grande como parte de un proyecto sancionado em 2014 por el juez Albino Coimbra Neto.

"Usar el trabajo carcelario para cualquier obra pública es relativamente común. La gran novedad ahora es que el propio presidiario es quien paga", dice el juez. Por el trabajo, el detenido obtiene una reducción de su pena.

De acuerdo con la Ley de Ejecución Penal, el poder público puede descontar un porcentaje de los salarios de los presidiarios para pagar los gastos de mantenimiento del condenado en las celdas. En la experiencia de Campo Grande, el dinero que sería usado en la cárcel fue aplicado en las reparaciones de los establecimientos escolares.

El descuento es del 10% y el dinero se deposita em una cuenta judicial. Habitualmente, esos recursos son para pagar las reformas en las mismas cárceles, pero el juez interpretó que el gasto de mantenimiento también incluye ofrecerle trabajo al condenado.

Traducido por CARLOS TURDERA

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