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Turismo agrede ambiente en litoral de Pernambuco

30/07/2011 - 07h28

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RENATO CASTRONEVES
DE SÃO PAULO

La afluencia intensa de turistas que buscan el sol y los paisajes paradisiacos en la playa de Porto de Galinhas, en Ipojuca (litoral del sur del Estado de Pernambuco), ha provocado daños ambientales en la región.

Parte de la fauna marina de los arrecifes viene siendo destruida debido al turismo ecológico desenfrenado, de acuerdo al estudio de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE).

Los trechos de arrecifes en los que hay entrada sin restricción (7% del total) presentaron una reducción de 55% en la cantidad de especies que habitan en medio de las algas, según la bióloga de 25 años, Visnu Sarmento, que estudió el tema durante su maestría.

Aún según la bióloga, el paseo de turistas sobre los arrecifes provocó una disminución del 11% entre las especies de micro crustáceos - pequeñas especies, parientes lejanos de los camarones y jaibas, que sirven de alimento a los peces de los arrecifes.

Cerca de 800 mil personas visitan la playa todos los años para conocer las aguas cristalinas de las piscinas naturales y los bancos de arrecifes - atractivos turísticos del lugar.

Por R$ 15, es posible ir en una jangada (balsa) hasta los arrecifes, para caminar sobre las formaciones calcáreas y bucear en medio de los peces de colores y caballos marinos. En la marea baja, el paseo puede realizarse hasta a pie.

"La insistencia de la explotación agresiva del turismo puede provocar la extinción de las especies en los arrecifes de Porto de Galinhas. A un largo plazo, también puede llevar a un desequilibrio de la cadena alimentaria de la fauna local", afirma.

Los arrecifes dañados tardan hasta 200 años para recuperarse totalmente.

Investigadores de la UFPE pisotearon durante tres días una franja de arrecife protegida. Después de tres meses sin ningún contacto humano, el local presentó los mismos índices de cantidad de animales y especies anteriores.

Para la bióloga, la rotación de los paseos en diferentes puntos de los arrecifes es una medida simple para amenizar el impacto del turismo.

REACCIÓN

La Municipalidad de Ipojuca, donde se encuentran los corales, afirmó que viene adoptando una serie de precauciones para contener el impacto del turismo en los arrecifes.
De acuerdo con el secretario de Turismo, Diego Jatobá, la inspección de las barreras de arrecifes es realizada por 20 agentes ambientales especialistas.

El secretario informó además que el municipio limitó el número de visitas a las piscinas naturales y legalizó el trabajo de los jangadeiros (balseros).

Hay 75 jangadas inscritas que realizan, a lo máximo, dos paseos con hasta seis personas al día. Cada paquete turístico dura hasta 45 minutos.

"Uno de nuestros principales objetivos es orientar a los turistas y capacitar a los balseros sobre los cuidados necesarios en los arrecifes para no perder parte de este paraíso natural", dijo Jatobá.

CÓDIGO

El mes pasado, el alcalde de Ipojuca, Pedro Serafim de Souza del Partido Democrático Trabalhista (PDT), sancionó un código ambiental para el municipio.

El municipio también dice que realiza campañas educativas y que reparte a los turistas folletos informativos sobre la preservación de la naturaleza.

Traducción de ARTURO RIVAS

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