Brasil intenta tranquilizar a los mercados después de ser rebajado a "bono basura"

11/09/2015 - 11h51

La rebaja de calificación de S&P se suma a los temores de los inversores sobre la economía del país.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el jueves trató de tranquilizar a los inversores de que la mayor economía de Latinoamérica podría cumplir con sus obligaciones después de que Standard & Poor's rebajó la preciada calificación grado de inversión de deuda del país a "basura".

La rebaja del miércoles por la noche tomó a los mercados por sorpresa, golpeando al valor del real brasileño que perdió 2.73 frente al dólar, alcanzando R$3.88, su mínimo en los últimos 12 años y poniendo a Brasil en la vanguardia de la depresión global de los mercados emergentes.

"Esta calificación no significa Brasil se encuentra en una situación en la que no puede cumplir con sus obligaciones", dijo la Sra. Rousseff en una entrevista con el grupo de noticias de negocios Valor Econômico. "Por el contrario, estamos pagando todos nuestros contratos y tenemos una estrategia económica clara".

Es poco probable que los comentarios tranquilicen los mercados, que se han vuelto cada vez más escépticos sobre la capacidad de la administración de centro-izquierda de la Sra. Rousseff de cumplir con el paquete de austeridad fiscal prometido.

La rebaja de triple B menos (BBB-) a doble B más (BB+) con perspectiva negativa viene al tiempo que la Sra. Rousseff está luchando con una recesión, con bajos índices de aprobación, la amenaza de juicio político por el Congreso y una investigación de corrupción que ha paralizado a la petrolera estatal Petrobras en la que están implicados congresistas de alto nivel.

La pérdida de la condición de grado de inversión, que Brasil acababa de conseguir en 2008, es un duro golpe para el ministro de Finanzas de la Sra. Rousseff, Joaquim Levy, un economista formado en Chicago que ha luchado la resistencia en el Congreso - y según los informes, en el gabinete de la presidenta - al paquete de austeridad.

Las otras agencias principales de calificación, Moody's y Fitch, todavía dan a Brasil el grado de inversión.

"Esta rebaja reforzará una tendencia que comenzó a desarrollarse desde julio, que fue una reducción gradual de la huella de la exposición al riesgo de Brasil", dijo Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs en Nueva York.

S&P dijo que su rebaja, que se había previsto para el próximo año, en parte se debió a la continua marcha atrás sobre las metas fiscales y signos de desacuerdo dentro del gabinete de la Sra. Rousseff sobre el programa de austeridad.

El gobierno primero recortó sus pronósticos de superávit fiscal primario - el equilibrio presupuestario antes de pagos de intereses, considerado un indicador clave de la salud de las finanzas públicas en Brasil - a finales de julio de aproximadamente 2 por ciento al 0.7 por ciento del producto interno bruto para 2016. La semana pasada, se anunció que estaba revisando la previsión de nuevo a un déficit del 0.3 por ciento.

La preocupación inmediata para el gobierno de la rebaja de la calificación es la fuga de capitales. Alrededor del 20 por ciento de la deuda pública está en manos de extranjeros.

Muchos inversores institucionales globales enfrentan restricciones en la cantidad de créditos de sub-grado de inversión que pueden poseer en sus carteras.

Aunque sólo una de las principales agencias de calificación ha reducido el grado de Brasil, si otras siguen, el éxodo podría incluir a los inversionistas locales.

Los precios de los bonos de deuda emitidos por el gobierno brasileño cayeron, empujando el rendimiento de un bono de US$4.3mil millones a ser pagado en 2025 hasta 5.88 por ciento, el más alto desde que se emitió hace dos años.

Los bonos están en manos de un número de gestores de activos globales, incluyendo BlackRock, que redujo su posición el miércoles, junto con Verde Asset Management, el mayor fondo de cobertura de Brasil.

"Pocos inversionistas en mercados emergentes se limitarán por el grado de los activos de inversión, pero habrá inversores institucionales que tendrán que cambiar sus carteras", dice Claudia Calich, administradora de deuda de mercados emergentes en M & G.

Una preocupación más inmediata para la Sra. Rousseff, sin embargo, es lo que significa la rebaja para el futuro del Sr. Levy.

Si bien es respetado como un ministro de finanzas competente, sus medidas de austeridad se enfrentan a la resistencia de las figuras más moderadas en el gabinete, entre ellos Nelson Barbosa, el ministro de Planificación, y Aloizio Mercadante, el influyente jefe de gabinete para la presidenta, dijo Eurasia Group en una nota.

Estos desacuerdos fueron mostrados por los dramáticos acontecimientos del jueves pasado cuando el Sr. Levy repentinamente canceló un viaje programado a Turquía para la cumbre del G20 para asistir a una reunión con la Sra. Rousseff, avivando los rumores de que estaba a punto de renunciar.

La Sra. Rousseff y el Sr. Mercadante posteriormente anunciaron el público su apoyo al ministro de Finanzas. Pero los analistas creen que la pérdida de grado de inversión lo debilitará aún más; una de las razones clave para su nombramiento era conservar la calificación.

"Los acontecimientos de las últimas dos semanas aumentan claramente los riesgos para la administración. No sólo es más incierta la permanencia de Joaquim Levy en el gobierno, sino también la posición política de la Sra. Rousseff", dijo el jefe de análisis del país de Eurasia Group Chris Garman en un informe el jueves.

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