Un país de tres clases medias

22/01/2012 - 08h30

Brasil es un país de clase media. Seis de cada diez brasileños de 16 años o más ya pertenecen a este grupo, de acuerdo con DataFolha.

Con 90 millones de personas --cifra superior a la de los habitantes de Alemania--, la clase media brasileña, sin embargo, está lejos de ser homogénea.

La variedad de indicadores de renta, educación y pose de bienes de consumo permite la división de este grupo de la población en tres grupos diferentes que separan a los ricos de los excluidos.

El acceso creciente a bienes y comodidad --como electros electrónicos, computadores y automóviles-- es el más que se acerca a las tres esferas de la clase media brasileña.

A partir de la medición de la pose de estos ítems, los habitantes son divididos en clases denominadas por letras.

Brasil de clases medias es aquel que está consiguiendo escapar de los estratos D y E, abandonando a los excluidos, sin embargo, todavía casi no tiene presencia en la clase A.

Ganancia de renta --consecuencia del crecimiento económico más fuerte y de las políticas de distribuciones de renta-- y acceso más grande al crédito contribuyeron con esta tendencia.

"Los aumentos de renta que parecen pequeños para la elite han representado a una revolución para las clases más pobres", afirma el economista Marcelo Neri, de la Fundación Getúlio Vargas (FGV).

Si la pose de bienes de consumo aproxima a las tres clases medias brasileñas, indicadores de renta y educación todavía los distancian.

Rendimiento y escolaridad más elevados son, por ejemplo, características que alejan a los brasileños de la clase media alta de los otros dos estratos. Ya las líneas que separan a los integrantes de las clases media intermedia y baja son más tenues.

La renta de la clase media baja todavía es, por ejemplo, más elevada de lo que la de la clase media intermedia.

No obstante, los integrantes mucho más jóvenes de la clase media intermedia tienen mejores perspectivas económicas por los avances educacionales más significativos en los últimos años.

Este grupo es el que más se expandió en el país en la última década. Con 37 millones de personas (de 16 años o más), solamente es vencido por los excluidos, que todavía forman la clase más numerosa en Brasil, a pesar de que han encogido.

A pesar de la expansión significativa de la clase media, hay quienes todavía no se sienten hacer parte del grupo. Es el caso de Rosiley Marcelino Silva, de 46 años. Casada y madre de dos hijos adultos, vive de la venta de alimentos y del salario del marido, que trabaja como ayudante de camionero.

"No creo que tengo una vida de clase media. Pero, ahora puedo sobrevivir", dijo Rosiley que fue clasificada por DataFolha como clase media intermedia.

La vulnerabilidad de la nueva clase media es una cuestión que preocupa a las autoridades.

"Estamos tratando de pensar en políticas que ayuden a estas personas a que no vuelvan a la pobreza, porque este es un riesgo", afirma Diana Grosner, economista de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República.

Según ella, el gobierno trabaja actualmente en una definición oficial de clase media y, después, podrá dividirla en hasta tres grupos diferentes para elaborar políticas específicas de acuerdo con las necesidades de cada uno de ellos.

Traducción de ARTURO RIVAS