La imagen de Marielle se extiende por muros de ciudades dentro y fuera del país

Los artistas y críticos ven el aura de icono pop en la imagen del rostro de la concejala asesinada hace un año

São Paulo, Rio de Janeiro , Belo Horizonte, Lisboa, Buenos Aires y Ferrara (Itália)

El rostro de Marielle Franco, concejala asesinada a tiros el 14 de marzo del año pasado en un auto en la capital fluminense, se multiplica en diversas obras de arte de calle que parecen participar de un mismo movimiento, por ciudades de dentro y fuera del país.

Es una manifestación polifónica que, además de traer un valor estético al paisaje de espacios públicos, tiene dos objetivos muy bien delineados.

Al mismo tiempo en que homenajea a la concejala del Psol nacida en la favela de la Maré, dando el peso de icono pop a los rasgos estilizados de su imagen, de sonrisa abierta y cabellos rizados, el coro engrosa las protestas que cobran de las autoridades un esclarecimiento definitivo de las circunstancias del crimen.

En la visión de Baixo Ribeiro, comisario y creador de la Choque Cultural, galería que congrega trabajo de grafiteros, ese fenómeno es un ejemplo de arte "con la característica comunicativa de crear diálogos más impactantes" con la población. "El arte urbano se amplifica porque utiliza el espacio público", dice.

Recuerda que los admiradores del Che Guevera, de Mao Tse-tung y de otras figuras ligadas a conflictos políticos "usaron mucho la iconografía de protestas". Ribeiro también considera que la apropiación comercial de esa iconografía, como la utilización de retratos por parte de marcas de ropa, es "nociva a la propia idea de protesta".

Los ejemplos de arte de calle con perfil de denuncia son diversos. Los Panteras Negras utilizaron las paredes, a menudo en Brooklyn, en Nueva York, para divulgar ideas antirracistas.

Más recientemente, el grafitero británico Banksy creó una obra interpretada como exigencia de paz en un muro en la franja de Gaza.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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