La inversión del Gobierno Federal en el Museo Nacional de Río, devorado por un incendio el domingo, se redujo prácticamente a la mitad en los últimos cinco años: de R$ 1,3 millón (US$ 313), en 2013, a R$ 643 mil (US$ 154 mil), el año pasado.

La caída, próxima al 50%, fue superior que el total destinado por el Ejecutivo a un conjunto de 25 museos bajo su responsabilidad, que perdieron un 10% de los recursos. La disminución fue incluso superior a la de los recortes de otras inversiones federales.

El museo, que estaba bajo la responsabilidad de la Universidad Federal de Río de Janeiro, atravesaba dificultades: la mala conservación se hacía todavía más visible en las desconchadas paredes y los expuestos cables eléctricos.

De enero a agosto de este año, el Gobierno Federal invirtió en la pinacoteca R$ 98 mil (US$ 23 mil). En el mismo período de 2013, el pago había sido de R$ 666 mil (160 mil) -o sea, se produjo una reducción del 85%.

La situación es un reflejo de la crisis económica por la que pasa el país que ha provocado el deterioro de las cuentas públicas. Los ingresos cayeron y los gastos siguieron creciendo, provocando un desequilibrio fiscal.

Para controlar el desajuste, el Gobierno bloqueó los fondos previstos no sólo para la Cultura, sino para varios sectores, como Deporte y Ciencia y Tecnología.

Un estudio reciente calculó un desembolso de R$ 120 millones (US$ 29 millones) para reforma y restauración del edificio. En la obra estaba incluida la remodelación de las escaleras y de otras partes del inmueble que presentaban problemas graves como infiltraciones en paredes y techo.

_{Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA}

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