São Paulo, domingo, 15 de janeiro de 1995
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9.7.4; 9.7.8; 9.7.17

GLAUCO MATTOSO

9.7.4
Si no hubiera mujeres,
los homosexuales podrían vivir como dioses.
En cambio, si no hubiera hombres,
los homosexuales podrían vivir como hombres.
Gracias a Dios hay hombres e mujeres
y los homosexuales pueden vivir
como homosexuales.
(1977)

9.7.8
La homosexualidad erige un tribunal
mucho más alto y temible
que el de la virilidad.
Sus órdenes no se satisfacen
con sólo que honremos el carajo,
sino que prescriben
que lo honremos como al nuestro culo;
no sólo que parezcamos hombres,
sino que lo seamos mutuamente.
Porque ella, la homosexualidad,
no se funda en la estimación pública,
a la que es posible engañar,
sino en nuestra propia excitación
que jamás nos engaña.
(1979)

9.7.17
El homosexual es la salud
o la perdición de la familia.
Él lleva el destino de la misma
en las suelas de las botas de su uniforme
o en los pliegues de sus vestidos.
(1980)

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