El día de la muerte de Ayrton Senna es de aquellos que quedan registrados en la memoria.
Para Rubens Barrichello, 46, no fue diferente. El piloto recuerda que era un chico de 21 años y acababa de dejar el hospital Maggiore, en Bolonia, el mismo en que el ídolo sería declarado muerto poco después. El joven también había sufrido un grave accidente, en el entrenamiento del viernes, y recibió la visita del propio Senna.
Ya Rubinho acabó construyendo una carrera sólida en el automovilismo, con 19 temporadas en la F-1. Sin embargo, desde que Senna conquistó su último título mundial, en 1991, ningún otro brasileño logró repetir la hazaña.
Barrichello, apuntado como sucesor de su ídolo, fue el primero en cargar con la responsabilidad que le había sido atribuida el 1 de mayo. Otros se postularon y lo máximo que el país consiguió fueron tres vicecampeonatos.
El propio Rubinho terminó la disputa en la segunda posición dos veces con Ferrari, en 2002 y 2004, a la sombra del compañero alemán Michael Schumacher. En 2009, peleó por el título a bordo del sorprendente Brawn GP y fue superado por el compañero de equipo, el británico Jenson Button, terminando el mundial en tercer lugar.
Felipe Massa estuvo más cerca. En 2008, llegó a cruzar la línea de llegada en el GP de Interlagos con la certeza de la conquista, pero el británico Lewis Hamilton, a 500 metros del final, alcanzó el quinto lugar en la prueba y su primer título, apenas un punto por delante.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA