Dora Tesser mira incrédula cuando su esposo Josimar jura no ponerse nervioso al ver competir a su nieto, João. "¿No? Está bien, yo soy la que se pone entonces..."
Aún mayor desconfianza viene con su afirmación de que no soñaba con ser piloto. A pocos metros, en el garaje de la casa donde viven en São Paulo, hay una colección de coches, de diferentes categorías del automovilismo.
Uno pertenecía a Nelson Piquet, y el dueño señala con orgullo que la cabina todavía lleva las marcas del casco del tricampeón de F1.
Otro es una réplica perfecta de un Copersucar, el equipo brasileño que compitió en la principal categoría de automovilismo de 1975 a 1982, fundado por Emerson y Wilson Fittipaldi.
También hay una réplica de un F3 y un Fórmula Ford.
"No me pongo nervioso, pero me emociono. Es una sensación maravillosa", dice el empresario Josimar, de 61 años, al explicar lo que siente al ver las carreras de João Tesser, de 21 años, piloto de Fórmula 4.
El nieto, que solo pensaba en estudiar medicina, compitió en nueve campeonatos el año pasado. Ganó siete y planea un futuro en la Stock Car.
Por no hablar del parecido físico de João con Ayrton Senna, también tricampeón de F1. Algo que nadie en la familia puede explicar. "Sí. Mucha gente me ha preguntado eso...", dice João riendo.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA