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Bolívia Cultural

¿Qué significa ser mujer e inmigrante? Ellas responden

18/03/2015 - 16h17

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RODRIGO BORGES DELFIM
FOLHA INTERNACIONAL/PLANETA AMÉRICA LATINA

¿Qué significa ser mujer e inmigrante al mismo tiempo? Algunas mujeres inmigrantes ofrecieron una respuesta a esa pregunta, con base en sus experiencias personales. Desde ya, les agradecemos mucho por la confianza y la ayuda.

Los nombres y orígenes difieren, pero sus relatos pueden ser equivalentes o hasta idénticos a los que otras inmigrantes viven o ya vivieron.

Desde problemas con la documentación hasta el miedo causado por el machismo y sus consecuencias, violencia y discriminación, son todos problemas y desafíos que desconocen origen o clase social.

Y las luchas para cambiar ese cuadro también deben ignorar cualquier tipo de barrera (geográfica, económica, política, etc.).

Los relatos son publicados de forma integral y en el idioma original en el que fueron enviados (portugués o español), con su traducción más abajo.

Andrea Carabantes Soto, chilena, vive en São Paulo (el original fue escrito en portugués)

Quando cheguei no Brasil foi um choque muito grande, muita gente, tudo muito longe, muita agressividade no trato.

Com o tempo comecei a conhecer melhor o jeito paulistano, também ajudou muito estudar português e me esforçar por falar o melhor possível (sem tirar meu sotaque que sinto que é meu, rs.). Descobri que as pessoas eram muito gratas por esse esforço e que ao falar melhor rompia uma barreira e conseguia ter relacionamentos mais profundos.

Sobre o tema de ser imigrante, eu descobri que gosto de ser imigrante, adoro conhecer culturas novas e aportar com a minha. E São Paulo nesse sentido é muito legal porque você conhece muitas culturas além da brasileira.

Sobre ser mulher imigrante aqui, na verdade eu tive muita dificuldade com a documentação no começo como todo mundo e sofro o machismo, mas nunca tive problema por ser imigrante. Não sou o tipo discriminado, sou branca. Ai caiu a ficha para mim, que a xenofobia é racista: quando é uma mulher indígena boliviana aí é ruim, mas quando é uma mulher branca classe média é legal, interessante, etc.

Eu me solidarizo porque sei o duro que é ser imigrante aqui e porque só posso imaginar que além da dificuldade da adaptação você ser discriminada deve ser horrível.

Traducción:

Cuando llegué a Brasil fue un shock muy grande, mucha gente, todo quedaba muy lejos, había mucha agresividad en el trato.

Con el tiempo comencé a conocer mejor el estilo paulistano, también ayudó mucho estudiar portugués y esforzarme por hablar lo mejor posible (sin eliminar mi acento, que siento que es mío -risas-). Descubrí que las personas eran muy agradecidas conmigo por ese esfuerzo y que al hablar mejor rompía una barrera y conseguía tener relaciones más profundas.

Sobre el tema de ser inmigrante, descubrí que me gusta, adoro conocer culturas nuevas y aportar con la mía. Y São Paulo en ese sentido es ideal, porque uno conoce muchas culturas, además de la brasileña.

Sobre ser mujer e inmigrante aquí, la realidad es que tuve mucha dificultad con la documentación al comienzo, como todo el mundo, y sufro el machismo, pero nunca tuve problema por ser inmigrante. No soy del tipo discriminado, soy blanca. Ahí tome consciencia de que la xenofobia es racista: cuando es una mujer indígena boliviana ahí es malo, pero cuando es una mujer blanca de clase media está bien, es interesante, etc.

Me solidarizo porque sé lo duro que es ser inmigrante aquí y porque solo puedo imaginar que más allá de la dificultad para adaptarse, ser discriminada debe ser horrible.

Eleonora Silanus, italiana, vive en São Paulo desde 2014 (el original fue escrito en portugués)

A minha condição de mulher migrante é muito privilegiada, cheguei da Itália com um trabalho e com bastante apoio. Porém nunca vou esquecer os primeiros dias de busca de apartamento em São Paulo. Estava com uma minha amiga, italiana também. Duas mulheres estrangeiras no centro de uma cidade desconhecida falando um português muito italiano. Tinha medo de errar, de entender mal mas desde o começo entendi que mesmo sem falar a língua não é difícil intender quem quer te ajudar e quem não.

Posso dizer com sinceridade que quando esta cidade me fez sentir estrangeira sempre foi num sentido bom. Por outro lado, sei que as migrantes não são consideradas na mesma maneira e que a nacionalidade faz a diferencia. Conheço bem a situação da maioria das mulheres migrantes no meu País e no Brasil.

Violência, exploração e medo acompanham as mulheres migrantes no mundo todo. Gostaria um dia de comemorar um 8 de março no qual não existam mulheres mais estrangeiras das outras.

Traducción:

Mi condición de mujer e inmigrante es muy privilegiada, llegué de Italia con un trabajo y con mucho apoyo. No obstante, nunca voy a olvidarme de los primeros días de búsqueda de apartamento en São Paulo. Estaba con una amiga, italiana también. Dos mujeres extranjeras en el centro de una ciudad desconocida hablando un portugués muy italiano. Tenía miedo de equivocarme, de entender mal, pero desde el comienzo entendí que incluso sin hablar el idioma no es difícil darse cuenta de quién quiere ayudar y quién no.

Puedo decir con sinceridad que cuando esta ciudad me hizo sentir extranjera siempre fue en el buen sentido. Por otro lado, sé que todos los inmigrantes no son considerados de la misma manera y que la nacionalidad hace la diferencia. Conozco bien la situación de la mayoría de las mujeres inmigrantes en mi país y en Brasil.

Violencia, explotación y miedo acompañan a las mujeres inmigrantes en todo el mundo. Me gustaría algún día poder festejar un 8 de marzo en el que no existan mujeres más extranjeras que otras.

Maria Eugenia Zuñiga Oñate, chilena, vive en Santa Catarina desde 2004 (el original fue escrito en español)

He vivido cosas diversas. Lo que más me impacta es la dualidad  en que se mueven los brasileños, con una gran emoción y a la vez con un sentido de la privacidad tan extremo que casi roza el egoísmo. Me lo explico esto como algo típico de un país turístico. Lo destacable es la alegría con que se encara la vida a pesar de situaciones adversas, ríen y bailan, esto me parece muy bueno.

Acá el que es de afuera lo es y será siempre, en 11 años no he dejado de ser la "gringa", a la que todos los servicios son cobrados en una tasa especial que nunca favorece. Me ha resultado complicado adaptarme a saludar sin tener respuesta, a que un señor se ubique casi con descaro antes que yo en la fila del banco o esperando locomoción, esto es cotidiano. El machismo es muy fuerte, está instalado y cobra más adeptos entre las mujeres que hasta entre los mismo hombres.

Hacer documentación es casi una proesa donde debes pararte valientemente a luchar por lo que precisas y te corresponde. Si es una lucha, generalmente los que te escuchan parten del prejuicio que no hablas portugués, porque tenés "sotaque", pero el "sotaque" es algo muy difícil de superar ya que forma parte de la cultura.

El caso es que no escuchan. Uno dice "hola" con la mejor de la intención de ser escuchado y mejor aún entendido, pero no es fácil lograrlo. Y eso que nuestro saludo es igual, solo lo diferencia una H, que encima no tiene sonido, parece que molesta lo que ven

Cuesta mucho ser aceptado en la sociedad brasileña. Si se es mujer menos, si se es soltera o está sin pareja menos, sobre todo por las mismas mujeres, quienes ven en la "gringa" un alto riesgo de competencia, la "gringa" sin pareja siempre es una "vagabunda" o en el mejor de los casos no es muy confiable.

Estoy hablando en términos generales. Porque he encontrado gente que aparentemente "gusta de mi". Aunque me digan "aparece ahí" y cuando vas no están, esto es casi imposibe en países donde he vivido.

Lo que me desconcierta es la diversidad de etnias y la gran discriminación. Es algo absurdo, algo así como "somos diversos y existen diversas formas de discriminación".

La gente es higiénica, se alimentan bien o mejor que en otros lugares, se divierten y parecen felices.

He escogido este lugar para vivir el resto de mi vida, y espero dejar de ser la "gringa" antes de partir.

Traducido por NATALIA FABENI

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