El baile funk DZ7, en Paraisópolis, fue diferente la madrugada del domingo (8). Por un minuto, se hizo el absoluto silencio cuando los altavoces que vibraban al ritmo de funk a muchos decibelios se apagaron.
Lo único que rompió la atmósfera sepulcral fueron los nombres de los nueve jóvenes muertos allí mismo, la semana anterior.
Aquel 1 de diciembre, una operación policial interrumpió la fiesta que reunía a más de 5.000 personas. La Policía Militar dice que cargó después de que una motocicleta se saltase un bloqueo, entrase en la fiesta y disparase contra los agentes, que, de acuerdo con su versión reaccionaron a los tiros. Sin embargo, las imágenes captadas por teléfonos celulares y declaraciones de testigos indican que la multitud fue acorralada por los efectivos entre dos callejones, a base de golpes de porra y bombas de gas.
El episodio ahuyentó al público que suele acudir a esta fiesta. De hecho los presentes el domingo sumaban una quinta parte de lo habitual. Los días más concurridos, el baile DZ7 coincide con el baile Bega, que se celebra en la calle paralela a Ernest Renan. Esta vez, el camino quedó despejado entre los dos eventos.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA