Las lluvias que se intensificaron el domingo por la tarde y azotaron la ciudad hasta el amanecer inundó docenas de puntos de São Paulo y colapsó el funcionamiento de la urbe más grande del país.
Desde las 9h del domingo hasta las 9h de ayer, llovió 114 mm, lo equivalente a más de la mitad de lo que se esperaba para todo el mes. Fue el segundo volumen más alto en 24 horas, en el mes de febrero, en los últimos 77 años, solo en 1983 se produjo un temporal peor.
Los ríos Pinheiros y Tietê se desbordaron, lo que provocó atascos, especialmente en el oeste, la zona más afectada. Las líneas de trenes paralizaron los trayectos, los servicios públicos fueron interrumpidos, las escuelas suspendieron las clases y se les recomendó a los residentes de São Paulo que se quedaran en casa.
El área metropolitana de São Paulo y otras regiones del Estado también se vieron afectadas. En Botucatu, a 240 km de la capital, una persona murió y dos están en paradero desconocido.
El pronóstico para los próximos días es un clima inestable y más lluvia, con el riesgo de deslizamientos de tierra.
A pesar de las trastornos, el Ayuntamiento de São Paulo y el Gobierno de São Paulo declararon que los sistemas de drenaje están funcionando. Según las autoridades, esto hizo que las inundaciones se restringieran a una parte de la capital, localizada entre los dos principales afluentes.
El alcalde Bruno Covas (PSDB) dijo que "el desastre sería mucho mayor" si no se hubiera realizado un trabajo preventivo durante su gestión.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA