La cuestión de la retirada de estatuas en São Paulo enciende el debate sobre el "apagón" histórico

Los movimientos negros e indígenas defienden que la ciudad pluralice su discurso

São Paulo

El monumento a los bandeirantes fue erguido en la primera mitad del siglo XIX con el objetivo de mantener viva la imagen de la ciudad como ideal del progreso.

Pero parte de la población identifica estos monumentos con una serie de actos violentos perpetrados principalmente contra los pueblos indígenas y la población negra, desde 1500.

Con el creciente debate en países como EE UU, Bélgica y Reino Unido a propósito de las estatuas que exaltan a líderes coloniales o de la esclavitud, el eco de estas manifestaciones a favor de la retirada de las obras comienza a cobrar importancia en Brasil.

Borba Gato. (Foto: Zanone Fraissat/Folhapress.

En São Paulo hay varios de estos monumentos ambiguos, que representan triunfos pero también muertes. Como el de Manuel de Borba Gato y Anhanguera, o de militares como Luís Alves de Lima e Silva o Duque de Caxias, líder de las tropas brasileñas en la guerra paraguaya.

En esta lista hay monumentos de reconocido valor artístico, como el Monumento às Bandeiras, esculpido por Victor Brecheret (1894-1955), que ilustra a indios y negros impulsando un ideal de progreso liderado por hombres blancos.

No hay unanimidad con respecto a la mejor manera de tratar los monumentos, y muchos ven este movimiento un intento revisionista simplista.

La figura de Borba Gato, en el barrio de Santo Amaro, es protegida las 24 horas después de lo ocurrido fuera de Brasil.

Gilberto Mariotti, profesor de arte, dice que ya el uso de las estatuas que rinden homenaje es un concepto eurocéntrico. Para los indígenas, por ejemplo, esto no tiene sentido ya que su identificación es con la tierra, no con los símbolos.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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