Los frecuentes casos de violencia que involucran a policías militares en São Paulo están directamente relacionados, según los expertos entrevistados por Folha, con la distribución de personal que acabó causando una especie de apagón de altos mandos de la corporación, sobre todo tenientes y sargentos.
De las 2.961 plazas de tenientes existentes en la corporación, faltan 450 (15%), aproximadamente el doble de la capacidad anual de la academia Barro Branco, la escuela de oficiales de la Policía Militar de São Paulo.
Con respecto a los sargentos, de las 7.483 plazas destinadas a la 2da y 3ra clase, 2.196 (29.3%) no están ocupadas, según datos de la administración.
Las funciones de sargento y teniente son las dos instancias más importantes de inspección de la policía de patrulla, ya que estos son los comandantes directos de los equipos y los responsables de exigir el cumplimiento de las normas. Sin supervisión, según los especialistas, aumenta la posibilidad de que efec tivos incurran en una mala conducta.
“Un hecho grave está sucediendo en la policía militar. El cuerpo no está siendo supervisado. La denuncias muestran esto”, explica el juez Ronaldo João Roth, del TJM (Tribunal de Justicia Militar) de São Paulo.
Otro especialista entrevistado es el coronel de Reserva Glauco Carvalho, excomandante de la PM en la capital y doctor en Ciencias Políticas por la USP. Para Carvalho, los casos son el resultado de un mecanismo que diluye la fuerza policial en las calles y ha llevado a los oficiales al cuartel.
Según Carvalho, esto se debió a una suma de factores, incluida la congelación de la Policía Militar, que es prácticamente la misma en los últimos 20 años a pesar del crecimiento de la población de más del 20%.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA