Hace poco más de 10 años, la Avenida Paulista, la postal de São Paulo, era diferente. Los rascacielos ya estaban allí, pero no había carril bici ni pista exclusiva para autobuses, los coches podían circular a 70 km/h y la ciudad sumaba más de 130 accidentes al año.
Hoy, una década después, el límite de velocidad es de 50 km/h y el número total de accidentes no llega a 40.
Al igual que la Avenida Paulista, una serie de calles de la ciudad fueron paulatinamente reduciendo su velocidad máxima permitida, un proceso que se ha acelerado en los últimos años.
El número total de muertes por accidentes de tráfico en la ciudad de São Paulo bajó de 1.357 en 2010 a 791 en 2019, de acuerdo con los informes del Ayuntamiento. Ya en 2020, 765 murieron en arterias de la urbe, según datos del gobierno estatal, lo que significa una reducción del 44%; El Consistorio aún no ha concluido su balance anual pero hasta noviembre había registrado 675 óbitos.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA