En la ciudad más rica de Brasil, comunidades enteras aún residen entre aguas residuales. Excluidas de los servicios básicos, personas como Maria Auxiliadora exponen las contradicciones de la capital, que ocupa el séptimo lugar en el ranking nacional de saneamiento, dejando al menos a 660 mil personas sin alcantarillado sanitario, más que toda la población de Florianópolis.
Dora, como es conocida, vive en Chácara Três Meninas, una favela en la zona este a orillas del río Tietê, donde viven alrededor de 3.000 familias. En 2019, Folha estuvo en la zona y habló con la profesional de reciclaje, que no contaba con agua corriente ni alcantarillado. A mediados de noviembre de este año, la reportera regresó al lugar y constató que, en cuatro años, poco ha cambiado. La vida en la comunidad sigue rodeada de aguas residuales, enfermedades y problemas de infraestructura.
La precaria situación en Chácara Três Meninas ilustra cómo la ciudad más rica del país aún mantiene bolsas de excluidos del saneamiento.
Según la Sabesp, el índice de cobertura del sistema de extracción de aguas residuales en el municipio es del 94%. Dado que la empresa atiende a aproximadamente 11 millones de personas en la capital, esto significa que 660 mil aún no tienen acceso al servicio.
Sin embargo, este número puede ser aún mayor. Según Luana Pretto, presidenta del Instituto Trata Brasil, los datos de atención no incluyen áreas irregulares. Ocupaciones, conjuntos habitacionales y comunidades suelen quedar fuera de los cálculos, excluyendo a una parte importante de la población.
Por su parte, la periodista solicitó a la Municipalidad de São Paulo una estimación actualizada de cuántas personas no tienen acceso a la recolección de aguas residuales en la ciudad, pero no obtuvo respuesta a esta pregunta.