El avance de la "clase C" no mejoró la vida en las favelas, apunta un censo del gobierno

07/11/2013 - 11h00

A pesar del avance en los ingresos de la "clase C" -formada por los más de 30 millones de brasileños que salieron de la pobreza extrema en los últimos 10 años- y del creciente acceso al mercado de consumo y crédito, los datos de un censo elaborado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) en 2010, difundido este miércoles (6), indicaron que una brecha separa todavía a los habitantes de las favelas de los que viven en otras áreas urbanas.

De acuerdo con el censo, los habitantes de las favelas tenían ingresos más bajos, un nivel de instrucción menor y estaban sujetos a una mayor informalidad en el mercado laboral. En sus casas, algunos bienes como computadora con internet y un automóvil también eran menos comunes.

Tal vez es en la educación en donde reside el mayor abismo: mientras un 14,7% de la población de otras áreas había concluido el nivel de enseñanza superior, en las favelas, palafitos, conventillos y otros tipos de conjuntos habitacionales precarios ese porcentaje era de solo un 1,6%.

En el ingreso, la disparidad también era muy grande: un 31,6% de los habitantes de comunidades carenciadas tenían un rendimiento familiar per cápita menor a medio salario mínimo, contra 13,8% de la población de otras áreas. Y la informalidad era asimismo más elevada: un 27,8% de los habitantes de las favelas trabajaba sin estar registrado. Para los que vivían fuera de estas comunidades el porcentaje era del 20,5%.

De acuerdo con el IBGE, 11,4 millones de personas vivían en favelas en todo Brasil en 2010. Eran 6329 comunidades, distribuidas en 232 ciudades. Se trata, según el instituto, de un fenómeno típicamente metropolitano.

Las cinco mayores regiones metropolitanas de Brasil concentraban un 59,3% de los habitantes de favelas de todo el país. De ese total, 18,9% vivía en la Gran São Paulo y 14,9% en Río de Janeiro y en las ciudades aledañas. Las demás regiones en esa lista de cinco eran Belém, Salvador y Recife.

En todo el país, la mayor parte de las favelas se ubica en áreas planas (52,5%), pese a que un 19,7% de las comunidades se situaba en pendientes inclinadas, un dato que en casi toda la temporada de lluvias de verano se traduce en deslizamientos de casas y frecuentemente en muertes. La región Sudeste concentraba la mayoría de las favelas, un 55,5% de las 6300 comunidades instaladas en el país.

Rute Imanishi, investigadora especializada en el tema, dijo que "vivir en las favelas fue la opción" de las familias de ingresos más bajos para tener acceso a servicios públicos de mejor calidad (salud y educación en especial) y vivir, a la vez, cerca del trabajo, dado el costo elevado que implica residir en las grandes capitales del país.

"Es mucho más caro vivir en ciudades como Río y São Paulo. La alternativa barata sería vivir lejos, pero en las ciudades de las "afueras" de esas regiones metropolitanas, los servicios son iguales o incluso más precarios que en las favelas."

Traducido por NATALIA FABENI

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