30 años después, la masacre de Haximu recuerda a Brasil el conflicto sobre la protección de indígenas

El asesinato de 16 yanomamis es el único caso reconocido por la Justicia brasileña como genocidio

São Paulo

Cuando las radios de Amazonas y Roraima anunciaron el asesinato de un grupo de yanomamis, algunos empresarios mineros ilegales y asesinos a sueldo corrieron para desaparecer de escena.

El país se enteró el 18 de agosto de 1993 de la masacre de Haximu, el primer y hasta ahora único caso de genocidio reconocido por la Justicia brasileña. La última decisión fue emitida en 2006 por el STF (Supremo Tribunal Federal).

RORAIMA, BRASIL, 18-08-1993: Indígenas yanomamis en Roraima. La Funai (Fundación Nacional del Indio) anunció el 18 de agosto de 1993 la muerte de al menos 19 indígenas yanomamis, incluyendo diez niños, siete mujeres y dos hombres. (Foto: Ormuzd Alves/Folhapress. Negativo SP 12676-1993) - Ormuzd Alves/Folhapress

Las noticias comenzaron a circular y la mayoría de los sospechosos desaparecieron un mes después de la masacre, que dejó 16 muertos en la aldea de Haximu, en la frontera entre Brasil y Venezuela.

El episodio fue brutal, según los registros y documentos de la época. Las víctimas eran en su mayoría mujeres, niños y ancianos, ya que los hombres se dirigían a una fiesta en otra comunidad.

Treinta años después, el Territorio Indígena Yanomami es el territorio demarcado más poblado del país, con 27,152 habitantes según el Censo de 2022. La masacre puso al descubierto problemas que se han vuelto más complejos, como la expansión de la minería y la red de actividades ilegales asociadas al crimen organizado.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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