En 2019, el primer año del gobierno de Jair Bolsonaro, el número de multas por infracciones ambientales impuestas por el Ibama disminuyó un 34% en comparación con el registrado en 2018, llegando a 9.745.
Esta es la cifra más baja desde 1995, cuando el país sufrió la mayor deforestación medida registrada en el histórico.
En términos de valores, las multas del año pasado totalizaron R$ 2.300 millones, lo que representa una caída del 43%, ya considerada la corrección por inflación.
La deforestación amazónica batió el récord de esta década. La destrucción de la floresta alcanzó los 9.762 km², un aumento de casi el 30% en relación con el año anterior.
El número de multas ha ido reduciéndose en los últimos años, pero no de forma tan significativa como en 2019.
Consultado sobre los motivos, el Ministerio del Medio Ambiente declaró que las acciones del Ibama se han llevado a cabo normalmente. "No hay órdenes en sentido contrario", declaró la cartera.
Históricamente, el número de multas realmente pagadas por los infractores es insignificante.
La representación que se envió hace un año a la entonces fiscal general Raquel Dodge, basada en datos del propio Ibama, muestra que, de 2000 a 2018, solo el 3,4% de las acciones por encima de R$ 50 mil de fueron pagadas.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA