Con el nuevo aumento de casos y muertes por la Covid-19, la disminución de la oferta de camas, la demanda acumulada de otras enfermedades, cuya asistencia fue pospuesta por la pandemia, y un presupuesto más ajustado, los médicos y gestores sanitarios prevén un escenario aún más difícil en 2021 que en el comienzo de la pandemia.
Del total de 16.500 camas hospitalarias autorizadas por el Ministerio de Sanidad para la Covid, solo 4.580 estaban ocupados, según la última actualización de Conass (Consejo Nacional de Secretarios de Salud) el 11 de diciembre.
Esto ocurre en un momento en que el número promedio de muertes por la Covid en el país ha aumentado un 27% con respecto a hace 15 días, y el número de muertes diarias supera las 900.
El SUS perdió 3.836 camas de UCI de julio a octubre, según datos de Amib (Asociación Brasileña de Medicina Intensiva). En la red privada, también hubo una pérdida de 4.961 camas en el mismo período.
Al mismo tiempo, existe un consenso en la industria de que ya no es posible priorizar solo los casos de Covid. La falta de asistencia a otras enfermedades ya está mostrando su impacto: un aumento en la tasa de mortalidad en UCI por otras enfermedades no Covid.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA