En dos años, Bolsonaro ha vaciado órganos que se ocupan de temas ambientales, indígenas y agrarios

Cumpliendo con sus promesas de campaña, el mandatario acentuó el desmantelamiento iniciado en administraciones anteriores

Brasília

Cumpliendo las promesas de su campaña electoral de 2018 y durante gran parte de su carrera política, Jair Bolsonaro ha conseguido poner en marcha en sus dos primeros años de gobierno el proceso de desmantelamiento y vaciado de los órganos encargados del cuidado del medio ambiente y cuestiones indígenas y agrarias.

Como resultado, un parón generalizada, enfrentamientos internos, retrocesos, un ministro bajo constante presión para ser reemplazado -Ricardo Salles, de Medio Ambiente- y una colección de cifras negativas, que, entre otras consecuencias, ha derivado en una fuerte degradación de la imagen del país, en el exterior.

Además de la precaria infraestructura y la reducción de fondos del principal organismo de inspección, Ibama (Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables), la deforestación y los incendios han aumentado de forma más que significativa en el país.

Se calcula que más de 11 mil km2 de selva han sido destruidos en la Amazonia Legal desde el 1 de agosto de 2019 al 31 de julio de 2020, un incremento del 9,5% en comparación con período anterior y la mayor superficie desde 2008 (debido a la períodos lluviosos y secos, la deforestación siempre se mide en los 12 meses entre agosto de un año y julio del año siguiente).

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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