La Amazonía es un bioma diverso, con varios ecosistemas distintos. Entre ellos, los manglares son poco conocidos, pero no menos importantes para el medio ambiente: en el norte de Brasil se encuentra la mayor extensión continua de manglares del mundo.
Además de ser más extensos, los manglares amazónicos son los mejor conservados. Menos del 1% de toda el área de manglares en la región, que es de alrededor de 7.800 km2, ha sufrido devastación en los últimos años. Los manglares se extienden desde Amapá hasta Maranhão, pasando por el litoral paraense. Y gran parte de esta conservación se debe a la presencia de comunidades tradicionales.
Los manglares proporcionan alimentación e ingresos para quilombolas, ribereños, pescadores e indígenas. Además, son un lugar importante para la captación de dióxido de carbono, lo que ayuda a combatir el calentamiento global.
Las comunidades tradicionales luchan por la protección de los manglares, ya que dependen de ellos para su sustento —un conjunto de 14 cangrejos adultos se vende por R$ 10, según Roseti de Araújo, presidente de la Asociación Remanente Quilombola del América.