Un lugar en el sertão de Paraíba reúne un conjunto sin precedentes de huellas de dinosaurios y grabados

Es la primera vez en el mundo que se encuentran marcas juntas, según investigadores

São Paulo

Investigadores brasileños han identificado, en el sertão de Paraíba, un lugar con características hasta ahora inéditas en el mundo: la presencia conjunta de huellas de dinosaurios y arte rupestre. Los grabados fueron realizados por pueblos originarios que habitaron la región mucho antes de la llegada de los europeos.

Para los científicos, el hecho de que los grabados estén cerca, pero nunca superpuestos a los registros fósiles, indica que estas poblaciones ya valoraban e interactuaban con los vestigios prehistóricos. El trabajo, publicado en la revista especializada Scientific Reports, fue liderado por el arqueólogo Leonardo Troiano, vinculado al Iphan (Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional), pero participó en el proyecto de forma independiente.

.
Vestigios de dinosaurios y arte rupestre, en la ciudad de Sousa, en Paraíba - Divulgação

"Realmente es algo único en el mundo. Hicimos mucha investigación para poder hacer esta afirmación. Encontramos varios sitios donde hay coincidencias, donde en una pared hay arte rupestre y, más adelante, bajando por una colina, tenemos huellas de dinosaurios. Pero nunca ha habido registros de ambas juntas", dijo el arqueólogo.

El municipio de Sousa, en el sertão paraibano, es muy conocido por la abundancia de vestigios prehistóricos. La ciudad incluso tiene un parque, llamado Vale dos Dinossauros, donde es posible seguir algunas pistas con huellas de estos animales. Aunque la presencia de petroglifos —grabados en piedras o rocas— es común en la región, este material históricamente ha recibido menos atención en comparación con los registros paleontológicos.

El descubrimiento fue en un lugar llamado Serrote do Letreiro, que recibió ese nombre precisamente por la gran presencia de arte rupestre, apodada "letra de índio" por los sertanejos. El sitio fue descrito formalmente en 1979 por el italiano Giuseppe Leonardi, quien mencionó la existencia de los petroglifos como "entalladuras de indígenas del Cariri", sin profundizar sobre los grabados.

Lea el artículo original