Cirugías y procedimientos electivos suspendidos, abastecimiento de agua por camiones cisterna, dificultad para recibir oxígeno y alimentos, empleados durmiendo en los lugares de trabajo porque sus casas están bajo el agua.
Ese es el escenario de los hospitales de Río Grande del Sur, que aún están contabilizando los daños causados por las fuertes lluvias que afectan la región durante la última semana. Hay al menos 400 mil puntos sin energía y 500 mil sin agua en el estado.
Según la Secretaría de Salud gaucha, 140 servicios de salud, entre hospitales y otras unidades, se vieron afectados por las inundaciones, lo que requerirá un gran proyecto de reconstrucción y reequipamiento de los equipos perdidos.
"Algunos [lugares] ya están reiniciando, pero muchos sufrieron grandes pérdidas", dice Bruno Naundorf, director del departamento de auditoría de la secretaría y parte del gabinete de crisis del estado.
En una reunión con la ministra Nísia Trindade (Salud) y la secretaria de Estado de Salud, Arita Bergmann, entidades y líderes de la salud solicitaron un valor de financiamiento de emergencia equivalente a seis meses de facturación integral para los hospitales gauchos que trabajan con el SUS (Sistema Único de Salud) –la cantidad no está definida.