Paulo Mendes da Rocha, el más brasileño de los arquitectos internacionales, murió en la madrugada del domingo (23), a la edad de 92 años. Padecía un cáncer de pulmón y fue hospitalizado en São Paulo. El fallecimiento fue confirmado por su hijo, Pedro Mendes da Rocha.
En activo desde 1955, fue descubierto por el mundo cuatro décadas después, cuando las imágenes de la Pinacoteca del Estado y el MuBE (Museo Brasileño de Escultura y Ecología) circularon en revistas extranjeras.
Desde entonces, aquel conjunto robusto construido y las obras que se disponía a realizar comenzaron a llamar la atención de la crítica. Y tras ellas, llegaron los premios y reconocimientos.
Hasta aquel momento, en 1995, a los 67 años, Paulo Mendes -como era conocido por sus colegas arquitectos- no contaba con obras construidas en el exterior.
Salvo el pabellón brasileño de la Exposición Universal de Osaka en 1970, que fue demolido al terminar el evento, pero quedó en la memoria de los estudiosos.
No obstante, siquiera el carácter geográficamente limitado de su obra le impidió ser galardonado con todos los premios de la arquitectura más importantes del mundo.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA