El gobierno del presidente Michel Temer (MDB) terminará marcado por un inédito ciclo de bajo crecimiento. Si se mantiene el ritmo actual, se podrá afirmar que Brasil vive su peor desempeño económico en una década, desde por lo menos el inicio del siglo pasado.
Los cálculos de Fernando Montero, economista jefe de la correduría Tullett Prebon, prevén una expansión media anual del PIB (Producto Interior Bruto), entre 2011 y 2020, inferior al 1%, llevando al estancamiento del ingreso per cápita.
Si ese resultado se torna realidad, será una nueva década perdida, término que pasó a la historia en los años 1980.
En aquel período, marcado por el descontrol inflacionario y fiscal, el PIB brasileño creció a una media del 1,6% al año, un poco por encima del resultado previsto para la década actual, mientras que la renta por habitante se contrajo un 0,4% anual.
Las cuentas de Montero se basan en datos oficiales del Ipea (Instituto de Investigación Económica Aplicada) y del IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) hasta 2017 y en proyecciones computadas por el informe Focus, del Banco Central, para éste y los próximos dos años .
"Estamos viviendo un hecho inédito en la historia brasileña, una catástrofe económica", dice David Kupfer, profesor de economía de la UFRJ (Universidad Federal de Río de Janeiro).
El pifio desempeño actual es el resultado de la combinación entre la profunda recesión que se produjo entre 2014 y 2016 y la incapacidad del país para asumir una recuperación más vigorosa.
En 2017, el PIB creció sólo el 1%. Para 2018, los economistas esperan una expansión del 1,47%. Hay una expectativa de aceleración en los próximos dos años, pero con un crecimiento anual aún bajo, cerca del 2,5%.
Para que el período entre 2011 y 2020 tenga un rendimiento ligeramente superior al de la década de 1980, la expansión media en los próximos dos años necesitará ser mucho más acentuada, al menos del 6%. Hoy en día, esto parece casi imposible.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA
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