Optimista sobre las perspectivas de la economía brasileña, el empresario Abilio Diniz asegura que el inversor extranjero llegará, sin importar cuándo. No obstante, si demora demasiado, perderá el momento del cambio monetario favorable.
“Brasil es muy barato. Está en venta, como ya dije hace unos años. Tendrán que venir porque no hay alternativa en el mundo. Quien no venga rápido perderá el tren. En lugar de tomar este dólar súper cotizado frente al real, va a coger el impulso del real ya recuperado".
Para Abilio, el crecimiento brasileño sigue siendo tímido, pero tiene el potencial de superar a la media global. Y a pesar de las tasas de desempleo, la caída de la inflación ya da a la población una sensación de optimismo.
Lo que justifica su balance positivo del primer año de gobierno es el comportamiento de la economía, que considera seria y competente. En su opinión, evita posicionarse en controversias como el CPMF, objeto de prejuicios, en su opinión.
Después de la elección de Jair Bolsonaro en 2018, Abilio envió una carta abierta al presidente recomendando que luchara contra la división del país. Un año después, el empresario ve un Brasil polarizado a izquierda y a derecha, pero no cree que la libertad del expresidente Lula haya empeorado la atmósfera de extremos.
“No creo que su salida de prisión haya alterado mucho las cosas. Él ha aparecido sí, pero creo que poco”, dice.
El empresario recuerda que apoyó la elección de la expresidenta Dilma Rousseff a pedido de Lula, no obstante, reconoce que después se desvinculó sin hacer críticas públicas para no estorbar.
“Mi partido es Brasil. Si Lula entra en el gobierno y trata de hacer cosas buenas para el país, tengo que apoyarlo. Si es Dilma la que entra, tengo que apoyarla. Cuando llegó Temer y comenzó a hacer cosas importantes, también lo apoyé. No estoy atado a ningún partido. Amo a mi país".
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA