La reincidencia de casos de insultos racistas contra el brasileño Vinicius Junior, jugador del Real Madrid, durante partidos por el Campeonato de España, abrió una herida en la relación entre los gobiernos de Brasil y España. El caso más reciente, ocurrido este domingo (21), tomó las dimensiones de una cuestión diplomática.
Un día después de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) pidiera medidas para "no permitir que el fascismo y el racismo se apoderen de los estadios de fútbol" en todo el mundo, el ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo que está considerando recurrir al principio de " extraterritorialidad", que, según el líder de la cartera, permite activar una disposición de la ley brasileña para casos "excepcionales" de delitos cometidos contra ciudadanos del país en el exterior. El ministro también afirmó que se trata de una medida "extrema" y que, por ahora, solo estaría bajo análisis.
En España, dada la repercusión mundial que tuvo el caso, casi todos los partidos políticos, además del presidente Pedro Sánchez, se adelantaron a condenar los hechos y decir que la nación no es racista.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA