Fue una agenda intensa, bajo el calor y el tráfico de Roma. Durante su visita a la capital de Italia este miércoles, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva reforzó afinidades políticas con líderes de centroizquierda, intentó establecer puentes con la primera ministra Giorgia Meloni, de ultraderecha, se reencontró con el papa Francisco y almorzó con el jefe de Estado italiano, Sergio Mattarella.
Entre los temas tratados estuvo, por supuesto, la situación geopolítica en torno a la guerra en Ucrania y el intento de impulsar una serie de diálogos por la paz. También hubo discusiones relacionadas con la agenda climática y la Amazonía —en el marco de la diplomacia ambiental en la que Lula intenta reposicionar a Brasil como protagonista—, y temas económicos, como el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur.
"Mi viaje fue, desde mi punto de vista, para volver a poner a Brasil en el centro de las discusiones sobre el tema climático en el mundo. Brasil tiene una matriz energética que es posiblemente la más limpia del planeta y tiene un compromiso con la deforestación cero en la Amazonía para 2030; pude discutir esos asuntos con el presidente, la primera ministra y el alcalde Gualtieri", dijo Lula al final de su último encuentro del día con el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, del centroizquierdista Partido Democrático.
Traducido por José Alberto Gutiérrez