El sentimiento de inseguridad ha dominado las conversaciones entre los habitantes de la capital paulista. Ya sea en los grupos de Whatsapp o en las páginas de las redes sociales que recopilan información sobre los barrios, se multiplican los videos de cámaras de seguridad que muestran episodios de violencia, aumentando el temor a ser la próxima víctima.
El miedo lleva creciendo desde el año pasado, ya que las reglas de la cuarentena se relajaron. La capital sufrió un aumento del 10% de los robos en general en enero (de 10.739 a 11.846) en 2022 con respecto al mismo período de 2021. En los robos en general el aumento fue del 23,4% (de 13.148 a 16.231).
La inversión en seguridad privada, incluidas las cámaras de vigilancia, combinada con el abandono de la región central, especialmente después del inicio de la pandemia, aumenta la impresión de escalada de violencia, explica Dennis Pacheco, investigador de la FSBP (Forum Brasileiro de Segurança pública). La sensación de inseguridad se agrava aún más, según él, por el intercambio de imágenes y denuncias de delitos. Esto refuerza la idea del residente de que, en cualquier momento, será el próximo objetivo de los delincuentes.
Affonso Celso, gerente de Copan, dice que usa su teléfono celular solo en "ambientes controlados", con el temor de ser víctima de ladrones que suelen andar en bicicleta por el barrio para robar los dispositivos. Los residentes del edificio comparten videos de robos e información sobre posibles sospechosos de los delitos en un grupo de mensajes, según el superintendente.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA