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Filas y demoras, las peores pesadillas de las atracciones turísticas del mundo
17/01/2014 - 11h22
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FÁBIO BRISOLLA
DE RIO
La Torre Eiffel, en París, se asemeja al Pão de Açúcar, en Río, en un aspecto: las dos atracciones turísticas ponen a prueba la resistencia del visitante durante la temporada alta. Las filas son constantes, que pueden llevar hasta cinco horas de espera.
La semana pasada, la administradora del "bondinho" (teleférico) del Pão de Açúcar anticipó media hora la apertura de la boletería (a partir de las 7.30) y aumentó el número de cajas de seis a diez, en un intento por aliviar los trastornos generados en las últimas semanas.
Desde el feriado de Año Nuevo, la fila llega a extenderse hasta la playa "Vermelha", situada al lado de la estación del teleférico.
En el Largo do Machado, punto de partida de las vans del Parque Nacional Tijuca hacia el Cristo Redentor, en el morro del Corcovado, los turistas también esperan unas cinco horas, como máximo.
Tanto en el Pão de Açúcar, como en el Corcovado, la espera casi siempre oscila entre una y tres horas.
El viernes 3 de enero, la australiana Sylvia Rucker, de 53 años, que vive en Sydney, llegó a la estación del Tren del Corcovado cuando comenzaba la tarde, acompañada por su marido y sus dos hijos. Allí se enteró de que el próximo ticket disponible hacia el Cristo Redentor era recién a las 20.
Se dio por vencida y, al salir de la estación, fue abordada por un representante de la cooperativa Corcovado Car Service. La empresa cobra 8,50 dólares para llevar a los turistas hasta la mitad del camino, un área dentro del Parque Nacional Tijuca donde, los visitantes, tiene que comprar un segundo ticket por 13,30 dólares para poder entrar en otra van y finalmente llegar al Cristo Redentor.
Cuando la familia australiana llegó hasta el área de transición, la fila de espera para abordar el segundo transporte tenía más de 350 personas.
"Cuando vi la fila no lo podía creer", dijo riéndose Sylvia Rucker, que esperó casi tres horas. "El hombre que nos trajo hasta aquí no habló en ningún momento de que había una segunda fila enorme".
La australiana recordó que también en su país son comunes las filas en los puntos turísticos, como la Opera House, en Sydney. Y citó la falta de información al turista como una peculiaridad brasileña.
Para lograr escapar de las filas en Río, la solución es comprar los ingresos por Internet. Las salidas en el Tren del Corcovado, por ejemplo, tienen un horario ya establecido.
En la Estatua de la Libertad, en Nueva York, en el Coliseo, en Roma y en el teleférico del Pão de Açúcar existen filas especiales (y mucho más rápidas) para aquellos que adquieren sus ingresos online.
"El barco que va hacia la Estatua de la Libertad sale cada 40 minutos. Para quien no compró a través de Internet, es común tener que espera hasta tres barcos", dijo Marcia Freire, directora de la operadora de turismo Selecta Travel, de Nueva York.
Las entradas para la Torre Eiffel también pueden comprarse online, aunque la fila es la misma para todos.
En el caso del London Eye, la rueda gigante de Londres, hay un ticket especial, más caro, que garantiza el acceso inmediato.
Inspirada en la atracción inglesa, una rueda gigante con 16 cabinas cerradas y capacidad para 128 personas podría ser instalada en la playa de Botafogo, en la zona sur de Río. En caso de que la alcaldía apruebe el proyecto, ya podemos hacernos una idea del tamaño que tendrá esa fila.
Traducido por NATALIA FABENI
Ricardo Moraes/Reuters |
Las filas son la peor pesadilla de las atracciones turísticas en el mundo |