Magistrada del Supremo advierte que Brasil experimenta un cambio peligrosamente conservador

Carmen Lucia defiende derechos fundamentales conquistados en 30 años de Constitución

Reynaldo Turollo Jr.
Brasília

La magistrada del STF (Supremo Tribunal Federal) Carmen Lucia dijo el lunes (5) que Brasil y el mundo pasan por un cambio peligrosamente conservador. La jueza defendió el mantenimiento de los derechos fundamentales conquistados a lo largo de los últimos 30 años, la vigencia de la Constitución de 1988.

"Quería recordar que estamos viviendo cambios no sólo en Brasil. Un cambio incluso conservador en términos de costumbres. A veces, tal y como yo veo el mundo, no significa que esté en lo cierto, este está siguiendo una tendencia peligrosamente conservadora y volviendo atrás en derechos fundamentales adquiridos", afirmó la magistrada.

Carmen Lucia durante una sesión plenaria en septiembre - Folhapress

Para Carmen Lucia, aunque los cambios eventualmente no sean los deseados, "si se tiene respeto a la Constitución ya es algo ganado". La magistrada participó la mañana del lunes en el seminario "Desafíos Constitucionales de Hoy y Propuestas para los próximos 30 años", promovido en Brasilia por la editorial Forum.

La magistrada ofreció una conferencia en Brasilia cuyo tema fueron los cambios promovidos por el Supremo en los últimos 30 años. Carmen Lucia se mostró optimista en relación a los logros y destacó el derecho a la libertad de expresión.

"El brasileño está en las calles, está presente, si dice algo que no me gusta, no es mi enemigo", dijo. "Este es un cambio que fue posible porque en el 88 vivíamos y seguimos viviendo en una democracia”. Sin embargo, Carmen Lucia resaltó que la lucha por la democracia es permanente. "[En 1988] El país pasaba por un proceso extremadamente doloroso, de una dictadura que tenía luchas y lutos. Las luchas no acaban, porque la democracia y la justicia son luchas permanentes ", zanjó.

"Pese a estar preocupada por las elecciones tomadas, estas son propias de ciudadanos libres".

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original