La organización del Acampamento Terra Livre (ATL), principal acto del movimiento indígena en Brasilia, decidió no invitar al presidente Lula (PT) a sus eventos, a diferencia de lo ocurrido en 2023.
El movimiento ve al gobierno petista con insatisfacción y desea exigir no solo al presidente sino también al Parlamento que avancen políticas públicas en garantía de los derechos de los pueblos, especialmente las demarcaciones de tierras indígenas, que avanzan lentamente en el Ejecutivo y sufren derrotas en el Legislativo.
De los 14 territorios que el Gobierno Federal prometió demarcar en su primer año, solo ha cumplido ocho.
En 2023, Lula fue invitado al ATL y asistió. Durante el acto, anunció las primeras demarcaciones de su nuevo gobierno y levantó una bandera contra el marco temporal. En 2022, siendo candidato, también participó en el acampamento.
Otros dos territorios fueron demarcados por Lula este jueves (18), al cierre del CNPI (Consejo Nacional de Política Indigenista).
Si por un lado el presidente no fue invitado al ATL de 2024, por otro lado, el movimiento, en una nueva señal política, desea ser recibido. Y no solo en el Palacio del Planalto, sino también por los presidentes del Senado, Rodrigo Pacheco (PSD-MG), y de la Cámara, Arthur Lira (PP-AL), además de ministros del STF (Supremo Tribunal Federal) y de la Esplanada.