El gobierno de Michel Temer alertó al gobierno de transición del presidente electo, Jair Bolsonaro (PSL), del fuerte impacto de los altos salarios sobre la nómina del funcionariado público.
El actual equipo recomendó la adecuación de la remuneración del servicio público a la que es practicada por la iniciativa privada, además de aplazar, hasta 2020, los reajustes programados para 2019.
Las medidas buscan contener el crecimiento de las remuneraciones de los funcionarios públicos en los próximos años. De acuerdo con las cuentas del Gobierno, solo el aumento de los salarios del funcionariado costará el próximo año R$ 4.700 millones (US$ 1.200 millones) a las arcas públicas.
El Ministerio de Planificación dirige actualmente un estudio con el objetivo de "alinear las remuneraciones pagadas en el sector público a los salarios pagados en el sector privado".
En el informe que se ha enviado a los colaboradores de Bolsonaro, el gobierno Temer informa de que "los altos niveles de gasto son impulsados por los altos salarios", y no por el número excesivo de empleados.
Por las cifras presentadas, en julio de 2018, el Poder Ejecutivo federal disponía de 1.275.283 funcionarios públicos, de los cuales 634 mil eran activos. En general, los funcionarios representan el 24% de los empleos formales de Brasil.
El informe destaca, no obstante, que las altas remuneraciones en el servicio público preocupan mucho más que el número de empleados.
Apenas el gasto que conlleva el personal del Ejecutivo, según el texto, consumió R$ 172.000 millones (US$ 45.000 millones) en 2017, de lo que R$ 105.900 millones (US$ 28.000 millones) se destinó a funcionarios en activo.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA