Promocionada por la primera dama durante la investidura, la lengua de signos enfrenta dificultades en las escuelas de Brasil

Será necesario invertir en escuelas bilingües y ampliar la oferta para formación de profesores

El padre Wilson Czaia celebra la misa en lengua de sordos para fieles con deficiencia auditiva en Curitiba

Más de 9,2 millones de brasileños con deficiencia auditiva, según el censo del IBGE, se llenaron de esperanza al escuchar el discurso en lengua de signos que ofreció la primera dama, Michelle Bolsonaro, en la ceremonia de investidura del marido.

Durante la candidatura presidencial, Jair Bolsonaro (PSL) hizo una serie de promesas a las personas con deficiencias auditivas. En octubre, firmó un compromiso con la comunidad sorda y presentó 17 medidas. Entre ellas, la de incluir Libras (Lengua de Signos de Brasil) como disciplina obligatoria en la educación básica y en las ciencias de la salud.

Sin embargo, será necesario invertir en escuelas bilingües de todo Brasil, ampliar la oferta para formación de profesores y mejorar el nivel de los cursos de traductores.

Reconocida como lengua desde 2002, las leyes que regulan Libras son ignoradas por el propio Gobierno. Las ONG, como la Feneis, y las entidades filantrópicas son las que se ocupan del tema.

Al día siguiente del discurso de Michelle, Bolsonaro decretó la creación de la Secretaría de Modalidades Especializadas de Educación (Semesp), en el Ministerio de Educación.

Brasil cuenta con 30 escuelas bilingües en la red pública. "Hay estados en el Nordeste que no tienen centros docentes", lamenta Vinícius Nascimento, director de la federación.

En São Paulo sólo hay seis de ellas además de salas de inclusión en dos escuelas regulares. Según el último censo estatal, hay matriculados 1.769 sordos y otras 464 personas con deficiencias auditivas en la red estatal, municipal y privada.

El primer paso, según los especialistas, es aumentar la oferta de cursos de formación y mejorar la calificación, no sólo ampliar el número de salas.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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