La mayor fase de la Lava Jato, en cuanto a número de presos se refiere, completa un año con limitados avances en materia de Justicia y aún sin localizar a un grupo de acusados forajidos, entre los que se encuentra su principal objetivo.
El 3 de mayo de 2018, la Policía Federal puso en marcha la Operación Cambio y Corto, derivada de la investigación llevada a cabo en Río de Janeiro cuyo objetivo era una red de operadores financieros acusados de transferir ilegalmente cantidades millonarias.
En esta fase de la operación se decretaron el mayor número de órdenes de detención preventiva, 49 en total. El principal objetivo era Darío Messer, conocido como el "traficante de traficantes", que además de la ciudadanía brasileña cuenta con la paraguaya.
En aquella época, se esperaba que este nuevo brazo de la investigación revelara otros frentes del blanqueo de capitales en Brasil que todavía no habían sido detectados por el operativo policial de Curitiba. Sin embargo, desde entonces los investigadores han sufrido reveses por parte del Poder Judicial y una tímida evolución del proceso abierto en primera instancia.
Además, a pesar de la cooperación internacional y búsquedas en Paraguay, Messer y al menos cinco objetivos hasta el momento no han sido localizados por las autoridades brasileñas.
Casi todos los presos de un año atrás, actualmente, se encuentran fuera de prisión. Al menos 10 de los detenidos consiguieron salir de la cárcel gracias al magistrado del Supremo Gilmar Mendes. Otros cuatro han sido puestos en libertad por decisión del Tribunal Superior de Justicia.
Asimismo, en algunos casos, la iniciativa partió del propio juez de primera instancia Marcelo Bretas. Otros dos de los sospechosos han fallecido.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA