Tras guardar silencio durante el fin de semana sobre las más de 10.000 muertes que se han registrado en Brasil debido al nuevo coronavirus, el presidente Jair Bolsonaro dijo el lunes (11) que lamentaba la pérdida de vidas, pero continuó defendiendo la necesidad de reabrir la economía.
"Lamento cada muerte, cada hora. Lo lamento", dijo el presidente, cuando Folha le preguntó al final de la tarde, durante una entrevista en el Palácio da Alvorada. El presidente salió de su automóvil sin mascarilla, pero acto seguido se la puso, mostrando a la prensa el gesto.
Bolsonaro inicialmente había programado celebrar el sábado una barbacoa con amigos, el día que Brasil sobrepasó la barrera de las 10.000 víctimas de Covid-19. La fiesta acabó siendo cancelada el presidente se dio un paseo en moto acuática.
La primera declaración del Gobierno sobre la cifra de muertos llegó apenas al día siguiente, a través del ministro de Sanidad, Nelson Teich. El titular de la cartera dijo que era un día de alegría, por el Día de la Madre, pero de tristeza por las vidas perdidas.
Después de afirmar que lamentaba las muertes, Bolsonaro dijo que su respuesta a la pandemia tiene que velar por el dinero público, para que no se desperdicien recursos al combatir el coronavirus.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA