La difusión del periodismo profesional reduce la influencia de las noticias falsas, según estudio

Un experimento sin precedentes llevado a cabo en SP ha medido los efectos de las campañas de concienciación sobre contenidos falsos

São Paulo

El acceso a un periodismo profesional de calidad reduce considerablemente la posibilidad de que un votante crea en noticias falsas, según muestra un estudio académico sin precedentes realizado en São Paulo, en noviembre y diciembre.

El estudio fue realizado por politólogos de las universidades de Carolina del Norte - Charlotte (EE. UU.), Federal de Minas Gerais (UFMG) y federal de Pernambuco (UFPE), en colaboración con la consultora Folha y Quaest.

Se probaron diferentes formas de contacto de las personas con medios de comunicación. El hallazgo general fue que los lectores con acceso a periódicos como Folha tienden a creer menos en la información falsa.

En uno de los análisis se seleccionaron dos grupos, con 500 votantes cada uno, ambos con representación estadística del electorado paulista.

Los grupos fueron entrevistados a través de un panel online, entre el 19 y el 24 de noviembre. Luego, a la mitad de los entrevistados (grupo de tratamiento), se le brindó una suscripción gratuita de Folha durante tres meses, además de enviar un artículos por correo electrónico que hablaba del proceso de verificación de la información.

El segundo grupo, llamado control, no recibió ni el abono ni los artículos.

Los dos grupos de votantes, que fueron seleccionados, eran prácticamente idénticos en términos de género, edad, clase social y religión. Fueron entrevistados en un segundo momento, entre el 8 y el 16 de diciembre.

Para ambos grupos, se mostraron textos cuyo contenido fue clasificado como falso por las agencias de verificación (pero esta clasificación no se dio a los encuestados).

En el grupo que no recibió la suscripción, el 65% de los entrevistados consideró verdadero al menos uno de los textos con información falsa en la segunda ronda de entrevistas. Ya el grupo que recibió la suscripción, el porcentaje de quienes creyeron en al menos una noticia falsa fue menor, el 46% de esta muestra, una diferencia estadísticamente significativa.

Parte de la información falsa mostrada decía que la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, ordenó a los activistas del partido que rechazaran la ayuda del gobierno; que el canal CNN informó que el ex juez Sergio Moro había recibido un soborno para beneficiar a los cambistas; y que el youtuber Felipe Neto defendió la violencia sexual contra los niños.

Otro texto falso decía que Rede Globo pertenece a tres países árabes. Esta última noticia falsa se mostró en las dos rondas de entrevistas. En la primera, en noviembre, el porcentaje de personas que clasificaron esta información falsa como verdadera fue similar entre ambos grupos (cerca del 20%).

En la segunda ronda de entrevistas, unos 20 días después, los resultados de los grupos se distanciaron. Entre los que recibieron la suscripción de Folha, la creencia en estas noticias falsas cayó del 20% al 12% de los encuestados. En el otro grupo, los que dieron por verdadera la información falsa sobre Globo pasó del 21% al 39%.

De acuerdo con los investigadores, este incremento en el grupo de control se debe a que los entrevistados están viendo el texto por segunda vez, lo que reforzó el mensaje. Y el tratamiento fue el responsable del movimiento contrario en el otro grupo.

Para este análisis se utilizó una técnica denominada diferencia en diferencia, la cual, entre otros elementos, controla factores distintos al analizado como principal, para evitar que la variación ocurra por cualquier motivo distinto al objeto del análisis (en este caso, el acceso al contenido de Folha ).

Los académicos que realizaron la investigación fueron Frederico Batista (Universidad de Carolina del Norte - Charlotte), Felipe Nunes (UFMG) y Nara Pavão (UFPE). Tienen la intención de publicar un artículo (trabajo científico) con los resultados.

Los cálculos muestran que el grupo que recibió el tratamiento tenía un 25% menos de probabilidades de creer la información falsa. Es un resultado compatible con la investigación realizada por el profesor Andrew Guess, de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos e India.

El investigador siguió el impacto de la campaña que ofreció consejos sobre cómo verificar la información en varios países. En Estados Unidos, las personas que recibieron este contenido tenían un 27% menos de probabilidades de creer un texto falso; en India, 18% (considerando público con más años de escolaridad).

La difusión deliberada de noticias falsas ha sido señalada por expertos como un gran riesgo para el proceso democrático.

El investigador Ricardo Ribeiro Ferreira, de la Facultad de Artes de la Universidad de Coimbra, encontró que la participación de textos falsos fue hasta tres veces mayor que las noticias de la prensa profesional, durante las elecciones presidenciales brasileñas de 2018.

Para el abogado y profesor Marco Antonio da Costa Sabino, coordinador del Centro de Investigación de Medios e Internet de Ibmec-SP, el estudio realizado en São Paulo mostró que a mayor noción de personas sobre el tema, menor riesgo de contaminación de noticias falsas.

Sabino, doctor en derecho por la USP, dijo que si bien el acceso al periodismo profesional puede ser una de las formas de combatir la desinformación, la solución pasa por una etapa previa, a la que denomina educación básica de contenidos mediáticos.

El estudio brasileño con el electorado paulista también midió el impacto de diferentes medios de comunicación, considerándose el perfil de consumo de noticias de los 731 entrevistados que participaron en las dos rondas de entrevistas.

Se les preguntó cuál de los ocho vehículos consumían información al menos cuatro veces por semana.

Los lectores habituales de Folha tienden a creer 17 puntos porcentuales menos en noticias falsas que los lectores no habituales (es decir, los que leen el periódico con regularidad creen menos en información falsa).

El consumo de información de UOL (15 puntos menos en cuanto a dar como verdadera una fake news) y Rede Globo (10 puntos) también tuvo un efecto positivo.

Para los investigadores, "sólo una campaña de sensibilización masiva puede ayudar a diferentes públicos a distinguir mejor entre noticias falsas y verdaderas". Dicen que no solo deben movilizarse todos los periódicos o canales, sino los gobiernos, el TSE y los partidos políticos “interesados ​​en mantener viva la democracia”.

Los autores defienden la idea de que el público está expuesto a avisos "en varios medios profesionales, todos al mismo tiempo, en grandes cantidades, con consejos, ejemplos y todo lo que sea necesario".

En la misma línea, Sabino dice que la conciencia debe comenzar en la enseñanza basica y que el debate no debe perder de vista la libertad de expresión. “La eliminación y el silenciamiento son, en teoría, la solución más simple [para las noticias falsas]. Hay que tener cuidado, porque cualquier regulación puede coquetear peligrosamente con la censura”, dice el experto.