Casi un mes después del asesinato del indigenista Bruno Pereira y del periodista británico Dom Phillips, el caso aún causa conmoción en Atalaia do Norte (AM), un municipio de poco más de 20.000 habitantes en el extremo oeste de la Amazonia.
Folha visitó nuevamente la localidad del Vale do Javari la semana pasada, con una delegación de parlamentarios que llevaron a cabo diligencias en el lugar.
Las fuerzas de seguridad (Ejército, Policía Militar y Policía Federal) han sido una presencia constante en Atalaia desde el inicio de la búsqueda de Bruno y Dom, desaparecidos el 5 de junio.
Sin embargo, la sensación de seguridad se restringe al centro urbano, dicen los vecinos. Subiendo el río Itaquaí, donde murieron Bruno y Dom, o el Javari, la tensión se vive desde los asesinatos.
Indígenas hablan de miedo cuando transitan por los caminos que siguen el curso de los ríos. Y aquellos que navegan las vías fluviales de la región buscan hacer la menor cantidad de paradas posibles por el camino.
La tensión también afecta a los pescadores. Incluso aquellos que trabajan en áreas autorizadas informan que temen ser parados por agentes de seguridad; es normal que las personas de la región porten armas sin licencia.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA