La función de la guardia civil municipal ha cambiado a lo largo del tiempo. El grupo, que antes se concentraba en la protección del patrimonio público, pasó a actuar como corporación policial, creando unidades especializadas y equipadas incluso con fusiles.
Un estudio elaborado por Folha en las capitales del país revela que hay guardia municipal en 22 capitales, de las cuales 20 están armadas. Los efectivos en Palmas, Porto Alegre, São Paulo, Vitória, Goiânia y Curitiba ya poseen fusil.
A lo largo de los años, diversas leyes y normas del Ejecutivo otorgaron a la guardia municipal poder de policía y autorización para posesión y porte de armas. Actualmente, se busca la aprobación de una PEC (Propuesta de Enmienda a la Constitución) en el Parlamento Nacional para proporcionar mayor seguridad jurídica y cambiar el nombre a Policía Municipal.
El Estatuto General de las Guardias Municipales, aprobado en 2014, fue la primera legislación en ampliar los poderes del grupo, confiriéndole autorización, por ejemplo, para el uso progresivo de la fuerza, para el patrullaje ostensivo y para llevar a cabo arrestos en flagrante.
En 2018, otra ley insertó a las guardias municipales entre los órganos estratégicos del Sistema Único de Seguridad Pública. Recientemente, en 2023, un decreto del presidente Lula (PT) reguló partes de este estatuto. "Hoy, actuamos en varias incidencias, como robo, hurto, secuestro y, en Goiás, colaboramos estrechamente con las policías. Necesitamos fortalecer nuestra organización para enfrentar el crimen organizado", dijo Wellington Ribeiro Paranhos, presidente del Consejo Nacional de Dirigentes de las Guardias Municipales y Comandante de la guardia de Goiânia. El especialista en seguridad pública Luís Flávio Sapori expresa preocupación por el cambio en las guardias municipales, que replican el trabajo de la Policía Militar en lugar de desarrollar un modelo propio de prevención.