Brasil cuenta con 49 millones de habitantes (24,3%) sin acceso adecuado a saneamiento básico y 4,8 millones sin agua corriente, según datos del Censo 2022 publicados por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística). El saneamiento precario incluye fosas rudimentarias, zanjas, hoyos y vertidos en ríos y mares.
Los datos muestran que, en general, ha aumentado el porcentaje de la población atendida por redes de alcantarillado o sistemas sépticos, modelos aceptados por el Plan Nacional de Saneamiento Básico. En 2022, el índice alcanzó el 75,7% de los brasileños, es decir, 153,1 millones, frente al 64,5% en 2010 y el 59,2% en 2000. Este aumento se observó en las cinco regiones del país.
Sin embargo, persisten las desigualdades. En el Norte, el 46,4% de la población tiene acceso a un saneamiento adecuado, la proporción más baja del país, mientras que en el líder Sudeste el porcentaje alcanza el 90,7%.
De acuerdo con el Censo 2022, también el 97,6% de los brasileños (197,3 millones) tienen acceso a agua corriente; en 2010, esta cifra era del 93,2%.