Las ballenas pasan el verano en las aguas frías de la Antártida, donde la comida es abundante, y nadan más de 5.000 km para llegar al litoral brasileño durante el invierno.
En la costa del océano Atlántico, las aguas alcanzan temperaturas más cálidas para la reproducción, crianza y amamantamiento de crías.
En Brasil, la temporada para la observación de los mamíferos marinos suele ocurrir entre los meses de mayo y septiembre.
Según el Ministerio de Turismo, la actividad atrae aproximadamente a diez mil turistas por año y mueve alrededor de R$ 3 millones.
Este año, las yubartas llegaron más temprano y ya comenzaron los paseos para su observación. Los primeros animales fueron avistados en el estado de São Paulo, en Ubatuba, el 12 de abril, y en el sur de Ilhabela, el 21 de abril.
Otros lugares donde se pueden ver las ballenas son Abrolhos, Cumuruxatiba, Itacaré, Praia do Forte y Salvador, todos en Bahía, Arraial do Cabo (RJ) y São Sebastião (SP). En Vitória, en Espírito Santo, también es frecuente la presencia de delfines.