La reciente ola de transexuales y travestis que conquistan escenarios, siguiendo el ejemplo de las vocalistas del grupo As Bahias y la Cozinha Mineira, y las cantantes Verónica Valenttino, Linn da Quebrada y Liniker --si contar la drag queen Pabllo Vittar --,  ha aportado una nueva voz que se relaciona de manera peculiar con el sexo biológico de sus dueños.

Assucena Assucena, de la banda de las Bahias y de la Cozinha Mineira, dice que en la infancia, era presionada para usar un timbre de voz de acuerdo con el género de nacimiento - el masculino. "Me enseñaron que la voz fina es de niña y que quien nace con pene aprende a hablar grave, pero, aunque mi voz fuese grave, mi identidad no correspondía".

La artista cuenta que su familia se quejaba porque solo escuchaba a cantantes femeninas, como Sandy y Whitney Houston.

Estos establecidos estándares sociales los ha sufrido en la piel -o en la voz- Verónica Valenttino, la líder de la banda cearense de disco punk Verónica Decide Morir. Nacida niño, cuenta que, a diferencia de Assucena, nunca fue un niño con voz grave. Su sonoridad delicada la tornó una victima del bullying.

 Durante sus estudios de teatro, en los años 2000, empezó a asumir una identidad femenina, un proceso que llevaría a la creación de la banda en 2010. Poco a poco, Valenttino pasó a identificarse como una mujer travesti, que define como "cuerpo bizarro, en transformación, que niega al cuerpo masculino que le fue impuesto".

 “La gente se imagina que, en el momento que te vuelves travesti, ya tienes que empezar a usar una voz nasal. Por supuesto que comenzamos a descubrir otro cuerpo, otra voz, pero no es algo forzado,  es algo que fluye naturalmente, que viene del empoderamiento del género", cuenta.

^{Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA}
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