El primer SP-Arte presencial desde el inicio de la pandemia, el año pasado, ya venía marcado por un ambiente de euforia. Al fin y al cabo, era el regreso de los galeristas a la cartelera, con la expectativa de vender, y bien.
Pero la edición de 2021 terminó pareciendo un precalentamiento para el evento de 2022. Ahora sí, parece el verdadero retorno de las ventas.
Y este optimismo no se debe sólo al regreso de la feria al Pabellón de la Bienal, en Ibirapuera, tras una edición reducida en Arca. Inauguraciones, fiestas y reuniones surgen en la ciudad, y los galeristas también están invirtiendo fuertemente en respuesta a un mercado que parece entusiasmado con la idea de gastar.
La euforia comercial aparece, por ejemplo, en el proyecto de stand de Gomide&Co, que invirtió en su stand de 90 metros cuadrados, el más grande hasta la fecha en la SP-Arte, más de R$ 170.000 (US$ 35 mil). Su obra más cara es un Miró, valorado en US$ 2,4 millones.
Almeida e Dale también presenta obras que van de US$ 2,4 millones a US$ 3 millones.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA