Machado de Assis murió hace 115 años, pero está más vivo que cualquier otro escritor brasileño. El legado del autor difunto, al igual que la bossa nova o Pelé, transmite al mundo la identidad utópica que tanto anhelamos: la apropiación creativa y desinhibida que convierte la cultura de los grandes centros hegemónicos en algo único, explosivo y brasileño.
Algunos ejemplos recientes confirman este fascinante atractivo machadiano. En 2020, una nueva traducción de "Memórias Póstumas de Brás Cubas" en Estados Unidos se agotó en solo un día. El año pasado, dos novelas brasileñas elogiadas llevaron al escritor a los dilemas del siglo XXI ("A Vida Futura", de Sérgio Rodrigues, y "Homem de Papel", de João Almino).
En septiembre de este año, el portugués Ricardo Araújo Pereira lanzó un podcast sobre humor cuyo título, "Coisa Que Não Edifica Nem Destrói", proviene de una definición de Brás Cubas para sus memorias; y a fines de octubre, un congreso en Roma, "Machado de Assis: A Complexidade de um Clássico", reunió a investigadores de Brasil, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Portugal y Alemania.
En general, la afirmación de su negritud ha abierto nuevas interpretaciones en las últimas dos décadas.
De alguna manera, todos estos puntos están relacionados con el principal proyecto editorial del año en el país. La editorial Todavía, en colaboración con el Instituto Itaú Cultural, acaba de publicar una colección con todos los libros que Machado publicó en vida.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA