El aumento de la vivienda obliga a brasileños a vivir en tiendas de campaña en Portugal

Un campamento improvisado en las afueras de Lisboa reúne a decenas de inmigrantes en una de las áreas más exclusivas

Lisboa

En pleno aumento de los precios para alquilar o comprar una vivienda en Portugal, cada vez más inmigrantes brasileños se ven empujados a situaciones precarias, incluyendo alojamientos superpoblados o incluso tiendas de campaña.

En un terreno frente a la playa de Carcavelos, una de las áreas más valoradas del área metropolitana de Lisboa, junto a una escuela inglesa donde estudian los hijos de la élite lisboeta, cuyas tarifas mensuales llegan a los 1.400 euros (7.400 reales), el número de viviendas improvisadas ha ido en aumento en los últimos meses.

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Brasileños viven en tiendas de campaña en Portugal - Giuliana Miranda/Folhapress

Entre nuevos y antiguos residentes del lugar, hay al menos 20 brasileños. Algunos están instalados en viejas autocaravanas, pero la mayoría se aloja en tiendas de plástico.

Los residentes del campamento improvisado, en una zona conocida como Quinta dos Ingleses, son en su mayoría inmigrantes brasileños y angoleños, pero también hay portugueses. El terreno de 50 hectáreas, muy arbolado, ubicado en una de las áreas más exclusivas del país, se encuentra en medio de una complicada disputa legal que ha paralizado la construcción de un complejo de pisos y tiendas de lujo. Mientras tanto, las asociaciones de vecinos y los ecologistas presionan para que el espacio se convierta en un parque natural público. Mientras la situación no se resuelve, los refugios improvisados proliferan. No obstante, las autoridades aseguran estar monitoreando la situación en el lugar.

Márcia Álvaro, de 43 años, llegó al lugar después de enterarse de la experiencia de un compatriota con el campamento improvisado. Natural de Nova Iguaçu, en Río de Janeiro, lleva poco más de seis meses en tierras portuguesas. "Siempre tuve el sueño de venir a vivir a Portugal. Despuésn que murió mi madre, decidí venirme".

Trabajando en servicios de limpieza y preparación de comidas, Márcia podía pagar una habitación alquilada, pero el dinero no le alcanzaba para pagar todas las facturas del mes. A pesar de las dificultades, no quiere regresar a Brasil. "Aquí puedes caminar libremente a cualquier hora, sin temor a ser atracado. Aunque el salario sea bajo, comes bien, tu dinero tiene poder adquisitivo. Una vez a la semana como gambas".

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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