Brasileña desaparecida en Israel relató ver heridos y tiroteos en su última llamada

La estudiante universitaria Bruna Valeanu se encontraba en un festival de música cerca de Gaza cuando ocurrió el ataque del Hamas

São Paulo

Bruna Valeanu, de 24 años, se mudó de Río de Janeiro a Tel Aviv hace unos diez años con su familia en busca de mayor seguridad, entre otras cosas. Estudiante de comunicación y marketing en la Universidad de Tel Aviv, Bruna estaba en un festival de música en el distrito sur de Israel, a menos de 20 km de la Franja de Gaza, que fue atacado el pasado sábado (7), al comienzo de las hostilidades. Desde entonces, la familia no ha podido comunicarse con ella.

0
El público del festival Supernova Festival huye tras el ataque de Hamas - BBC News

Según Nathalia, una de sus hermanas que aún vive en Río, Bruna llamó a su madre, que vive en las afueras de la capital israelí, el sábado por la mañana, pero estaba durmiendo. Luego, cuando se despertó con las sirenas de alerta para refugiarse en un búnker debido a la intensificación de los ataques aéreos, llamó a su hija, quien supuestamente le dijo que estaba bien. "Tal vez para no preocupar a nuestra madre, que seguramente se pondría muy nerviosa", dice Nathalia.

Sin embargo, Bruna después se puso en contacto con amigos y colegas de trabajo y les contó que se encontraba en una zona boscosa, con tiroteos y muchas personas heridas a su alrededor. La última vez que se conectó a WhatsApp fue a las 9:21 del sábado. Un amigo que estuvo en la fiesta dijo que se escondieron en un kibutz, una especie de comunidad agrícola local. En cierto momento, él logró escapar. Bruna y uno de sus colegas de trabajo se quedaron. Hasta ahora no se tiene noticias de ambos. Bruna tiene doble nacionalidad y sirvió en el Ejército de Israel hasta 2021.

La última información no oficial que la familia recibió provino del hermano de una persona presente en el festival, quien informó que todos, incluida Bruna, habían resultado heridos pero no pudieron ser rescatados.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original