Siguiendo la estrategia de grupos de derecha latinoamericanos radicados en Estados Unidos, los bolsonaristas han recurrido a Washington para denunciar una supuesta violación de los derechos humanos sufrida en Brasil, alegando persecución política y censura.
En Brasil, Jair Bolsonaro (PL) y sus aliados más cercanos están siendo investigados por un complot golpista urdido en 2022 para evitar la asunción de Lula (PT) y mantener al expresidente en el poder. Además de los casos hoy investigados por la Policía Federal, Bolsonaro acumula una serie de evidencias anteriores de tintes golpistas.
Según expertos, la coordinación en EE UU busca allanar el terreno para un eventual nuevo gobierno de Trump y respaldar una candidatura en las elecciones de 2026.
El ejemplo más reciente de estos esfuerzos fue el intento de llevar a cabo una audiencia titulada "Brasil: ¿Una crisis de democracia, libertad y Estado de Derecho?" en la Comisión de Derechos Humanos del Congreso estadounidense.
El evento, programado para el pasado martes 12, fue finalmente bloqueado por el ala demócrata del organismo, una medida inusual dada la existencia de un acuerdo tácito entre los partidos para no obstruir las propuestas del otro.